viernes, 31 de diciembre de 2010

Sale un Homofobic souer! no lo tomes que te va a hacer mal!!!

Anochece el 30 de diciembre. El foro entrerriano por la diversidad sexual debe estar dando comienzo a la marcha en repudio de la homofobia. Yo estoy adentro del auto esperando cobrar a unos deudores morosos. Y mientras tanto pienso, pienso que me gustaría estar en Paraná acompañando la marcha. Les dije que los acompañaría en espíritu, y acá esta mi apoyo.
Me pongo a pensar en las cosas que leí ayer en un post de Taringa. Me vuelvo a horrorizar como si fuera la primera vez que escucho o leo cosas así. Todavía no logro explicar por qué me sorprendo cada vez. Será porque me resulta impensable tanto odio. He intentado compararlo por ejemplo con mi desprecio a los burgueses o a las mega millonarias multinacionales, o a los ultra católicos conservadores. Me he preguntado si no estoy incurriendo en la misma clase de “pecado”. Y me tranquilizo a mi misma diciendo que no. Porque mi desprecio a los burgueses se debe a que viven pensando en que el mundo sería mejor si liquidaran a todos los pobres que no les resultan útiles para usufructuar, y justifico mi desprecio porque sería en realidad una especie de repudio. Desprecio a las multinacionales mega millonarias porque explotan a la gente, evaden impuestos, acaparan divisas y poder, y tratan de manejar las vidas de todos. Desdeño de los ultra católicos conservadores por su teocentrismo y esa loca idea de que todo el mundo tiene que pensar como ellos y seguir sus preceptos y regir sus vidas por los mismos principios fanáticos por los que ellos rigen sus vidas. Y aun así mi desprecio no los perjudica ni mortifica; porque no los expulso de lugares públicos, no los escracho ni amenazo con matarlos. Asi que mi desprecio seguiría siendo un repudio por una causa justa, por defender la libertad de todos. Aunque les niegue a ellos la libertad de coartar la libertad nuestra. Que enredo de palabras ¿no?
Pero la cuestión es que aunque resulte paradójico para los que defendemos la diversidad; tolerar el comportamiento homofóbico no entra en los parámetros de lo socialmente aceptable para una comunidad tolerante y diversa. Tolerar la homofobia es como tolerar la xenofobia, algo impensable. La aceptación de la otredad y el reconocimiento del otro como ser humano es un problema que a estas alturas del siglo debería estar solucionado. Sin embargo seguimos viviendo en una sociedad que no acepta al otro distinto. Ni al distinto como igual en lo humano. Cómo es posible que aparezcan personas diciendo que es necesario encerrar a todos los homosexuales en una isla para que no puedan salir, o matarlos a todos, o decir que no tienen problemas pero que no lo anden mostrando por ahí. ¿??????????
Pintaré un cuadro quede nominaré “de fantasía” y hagamos una observación.
Suena el despertador y el señor Juárez se despierta y sale de la cama. Se despide de su esposo Esteban con un beso y se va a trabajar. En el camino se cruza con una pareja de personas de distinto genero; se le revuelve el estómago tan sólo de verlos tomados de la mano; hace un gesto de asco y les grita por la ventanilla del auto “anormales vayan a presumir su deformidad a otro lado”. Cuando llega al trabajo les cuenta a sus compañeros y compañeras el horrible trago que tuvo que pasar viendo a esos heterosexuales de mierda besuqueándose en plena luz del día como si alguien tuviera ganas de verlos. Y se quedan preguntando que putas se piensan esos raritos, por qué no se meten de nuevo a los closets de donde salieron; quién cuernos les hizo creer que podían elegir tener una pareja de otro sexo. Acaso no saben que los hombres con los hombres y las mujeres con las mujeres; y que una sociedad evolucionada como esta sabe perfectamente que para la reproducción están los laboratorios y que eso de pasar por nueve meses de gestación es tan de hace cinco siglos? Que cavernícolas!!
¿Les parece algo muy surreal? No si lo vemos en el marco de una sociedad del futuro signada por diferentes paradigmas de los que tenemos en la actualidad. La coherencia o la incoherencia de las situaciones devienen del marco socio histórico cultural en el que se desarrollan.
Entonces en una sociedad que pasó por el movimiento feminista, por el hipismo, por la desacralización de los estados gubernamentales, por el divorcio vincular, etc, etc. ¿No se aprecia un cambio de paradigma que justifique la aceptación de la diversidad en la elección de la sexualidad? ¿Cómo es que después de vivir el movimiento humanista se siga pensando que las únicas reglas a seguir son las impuestas por los pilares de las grandes religiones? Y así mimo si las religiones, sus prácticas e interpretaciones cambian con el transcurso de los años, ¿cómo es que éstas no se adaptan a los cambios en la sociedad? Siempre me acuerdo que en mis épocas de niña católica me enseñaron que debes amar al prójimo como a ti mismo, y me imagino una letra chica que dice: el prójimo debe ser heterosexual o de lo contrario no se lo considerará prójimo y por lo tanto no es digno de amor ni respeto alguno; a menos que acepte su aberración y quiera convertirse.
Se está marginando a la homosexualidad como hace siglos, con el agravante de que tras descubrimientos científicos que determinan que no se trata de una enfermedad, que no se trata de fenómenos, ni de perversiones… se los siga considerando de esa forma. Pero peor aun es la actitud del odio hacia lo que no se comprende. El esposo de una amiga me dijo que él no está de acuerdo con que los homosexuales tengan los mismos derechos civiles que los heterosexuales porque eso lo condicionaría a la hora de explicarle a su hija de que se trata todo eso. Sin pensar que si se permitiera fluir a este cambio paradigmático los niños de estas nuevas generaciones se criarían en una sociedad de la aceptación de la diversidad y la naturalización de estas posibilidades. Algo tan simple como que un niño crezca sabiendo que se puede tener un papá y una mamá, o dos papás, o dos mamás. Algo tan simple como des-demonizar lo nuevo y darle lugar a que se instale, al igual que con el correr de los años se dejó de lado el miedo al cuco del divorcio. Las familias se componen de personas que se apoyan mutuamente y se brindan amor incondicional, las personas que los componen en número y rol no son relevantes mientras se conforme un espacio de cariño y salud emocional que propicien el libre y sano desarrollo de la persona humana.
Humanidad. ¿Es tan difícil aceptarlo? Primero está la humanidad y después las circunstancias sociales, económicas y sexuales. En un estado de derecho: ¿en qué cabeza cabe la negación de los derechos civiles a minorías determinadas? La falta de empatía hace que broten esa clase de declaraciones ridículas como: “¿por qué tienen que estar haciendo alarde de su sexualidad en donde se les antoje?” y contesto siempre con la misma pregunta ¿por qué vos podes ir a un bar y comerle la boca a tu novio o novia heterosexual, pero un homosexual no puede hacer lo mismo? ¿Alguna vez te echaron de un establecimiento por dar muestras de cariño en público? No. Nunca. ¿Por qué? Porque está en los cánones de lo establecido por la hegemonía. Además, ¿qué se entiende por alardear de la sexualidad? Una gran boda en la catedral, con caravana y fiesta es un alarde… está diciendo miren cuanto nos queremos y festejamos para que todos se enteren. "Alardear"... tengo la sospecha de que muchas personas que usan esa palabra no saben en realidad qué significa. Nadie alardea el amor. Lo demuestra o no.
Los episodios de Triferto y Cocktail fueron lamentables. Dan vergüenza ajena. Comparémoslo con otro tipo de discriminación: serian un equivalente a la situación de que un habitante de la villa treinta y uno, vestido con sus pobres ropajes valla a querer sentarse a comer en el restó de un Howard Johnson o un Sheraton. Es obvio que no pasa la puerta. Porque de seguro a los adinerados clientes (personificaciones de Micky Vainilla) les incomodará la presencia de una persona pobre cerca de su burbujita de cristal de dólar. Al igual que a los conservadores puritanitos les incomoda la cercanía de personas que han elegido vivir su sexualidad (palabrita tan tabú) de una manera diferente de la que “enseñó” la biblia.
No sé si reír o llorar al pensar que de cuando en cuando al “ciudadano común” le brota de adentro el Adolf Hitler. Y que a pesar de todas las conquistas en la legalidad, el inconsciente colectivo siempre se queda rezagado en la aceptación de las ideas y los estilos de vida.
Figúrense si empezáramos a querer matar a los ricos por tener más plata que nosotros, a los pobres por tener menos, a los hedonistas por gozar más, a los mártires por no disfrutar, a los curas y monjas por vírgenes, a los promiscuos por impuros, a los sabios y estudiosos por querer se más vivos, a los ignorantes por brutos, a los discapacitados y ancianos por inútiles, a los sobre trabajadores por exceso de labor. A los judíos por parias, a los nómades por no tener casa, a los peatones por no tener auto, a los ambientalistas por idiotamente ecológicos, a los bondadosos por boludos, al los avivados por atorrantes, etc, etc. Y si metiéramos a cada uno en una isla para que de ahí no puedan salir, o cada grupo de odiadores matara al otro odiado….terminaríamos con un planeta desierto. Y por fin le daríamos la oportunidad a las cucarachas de gobernar el mundo.
Hoy el Inadi encabeza una marcha que culminará con una besada en repudio de la homofobia.
No se trata de “alardear” de que “ahora que salió la ley” se pueden besar “donde se les antoje”. No se trata de que quieran convertir a la sociedad “para su lado”; no se trata de ninguna de esas afirmaciones ridículas que hacen personas de mentes estrechas que no aceptan lo distinto de sí mismos. Se trata de la reivindicación de un sector de la sociedad que por años fue perseguido, excluido, discriminado, demonizado.
El cuco gay no es la plaga que predice el apocalipsis. La plaga mas terminal es el odio. Ese es el cuco que acecha debajo de las camas y dentro de los roperos. El más grande y dañino de los demonios vive dentro de cada uno. No se sienta a tomar porrón en ningún bar, ni marcha desde la plaza primero de mayo, ni junta firmas en la peatonal, ni enarbola banderas coloridas. El más grande y peligroso de los demonios es ese que habla adentro de nuestras cabecitas y nos dice: aquel que está ahí es peligroso porque hizo una elección de vida diferente a la de nosotros.

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