SE VA EL AÑO VIEJO

Finaliza el 2010. ¡Oh que año ha sido este! Tumultuoso, alocado, estresante, lleno de cambios. Oh 2010 como me hiciste sufrir, y llorar y también reír.
Finaliza el 2010 y parece una vida entera. Se me ha terminado el año y hay cosas que aun no hice. Se me pasaron los días sin visitar a tantos amigos, se me pasaron viajes y conciertos, exámenes, cumpleaños y demás cosas por el estilo.
Finaliza el 2010 y es época de festividades. Ha pasado la navidad, otra más, que desgracia! Cocinar con ánimo de festejo, y hacer como que se bendice la mesa. Decir feliz navidad, pero sin sentirlo, sin quererlo. Fingir que uno sigue la tradición cuando en realidad todo lo que hace es respetar a la familia, porque… cómo explicarles que para uno es solo otro día de diciembre, nada distinto de los otros? Pero eso no se puede. Por eso me guardo el odio a migo misma y a mi incoherencia. Y de mala gana hago la señal de la cruz y contesto gloria al padre….etc, amén. Y con resignación digo feliz navidad, y contesto mensajes de personas que alegre y bondadosamente piensan que para mí el 25 de diciembre traerá alegría prosperidad y demás cosas buenas de esas que la gente desea en navidad.
Se me acaba el 2010. Y viene el año nuevo. Eso sí que no tengo problemas de festejarlo. El año nuevo es pagano (técnicamente, si no tengo en cuenta que nos regimos por un calendario católico). Siempre y cuando no me obliguen, o me hagan la invitación para la misa de año nuevo. El año nuevo es para juntarse con la familia, comer, beber, brindar y desearles que el próximo año les sea más leve. Y después juntarse con los amigos, salir, beber, reír, recordar anécdotas y agradecer que pasó un año más con esa gente que eligió estar cerca de vos, apoyarte y quererte.

Se me acaba el 2010. Y empiezo a pensar en mi 2011…casi que me estreso de solo pensarlo. Tal vez deba hacer bien las cuentas y planificar para que mi año nuevo también sea más leve. Revisar mi año viejo, corregirlo, balancear y sentar las bases para otro comienzo; ver con qué me quedo, ver lo que desecho; planificar para mí también un feliz año nuevo.