He recordado un aforismo que decía "El Amor es ciego y la Amistad
cierra los ojos". Sabiduría popular se podría decir. Sin embargo he
aprendido, que la sabiduría popular a veces no sabe tanto como aparenta. Las experiencias vividas y contempladas me
han enseñando que a veces el amor no es ciego, es Pelotudo (haciendo uso de la
palabra por su fuerza y sonoridad, como decía Fontanarrosa). Y a veces, el amor
enceguece, y la amistad te abre los ojos.
El problema en cuestión es todo acerca del equilibrio. El ser humano,
el YO no puede vivir solo. Necesita de Vos, de Nosotros y de Ellos. La cosa se
pone fea cuando Yo se enamora de Vos, y cree en la romántica idea del S XIX de
que alcanza solo el Nosotros para vivir. Y si el Vos es tan represivo del Yo,
que lo obliga a olvidarse de Ellos; entonces tal vez exista un Nosotros que no
tiene una sana razón de ser. Y ahí entran Ellos, queriendo abrirle los ojos, pero Yo está enamorado.
No se puede negar, el Vos le da al Yo cosas que
Ellos no. Pero el Nosotros a veces se aburre y necesita de Ellos. La pregunta
sería ¿Ellos van a estar cuando el Yo recupere la vista? ¿Es acaso posible que
Yo y Vos puedan vivir felices y comer perdices, solos, uno con otro, sin
interactuar con otro ser humano?
Me pongo a pensar un nuevo aforismo:
“El colchón puede ser muy lindo,
pero no hay que pagarlo a costa de los amigos. Porque tanto tiempo acostado
cansa, y cuando necesitemos salir a respirar aire fresco y estirar las piernas;
no vamos a tener quien nos acompañe.”
He dicho. Estaba sin sueño.
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